Ciberseguridad en tu empresa
Por Víctor Sánchez
03/junio/2020
Las empresas están luchando constantemente en el campo de batalla cibernético. Tienen que mantener sus líneas con doble esfuerzo, ya que necesitan resistir nuevos y viejos ataques al mismo tiempo. Las tecnologías inteligentes, como la inteligencia artificial, el blockchain y el Internet de las cosas (IoT), proporcionan a los ciberdelincuentes canales alternativos para atacar a las organizaciones. Igualmente, los tipos de ataques conocidos evolucionan constantemente, por lo que se hace más difícil contrarrestarlos y neutralizarlos.
En el pasado hemos presenciado ataques a diferentes industrias y empresas, las estadísticas son cambiantes y es difícil predecir algún ataque próximo, sin embargo, al revisar los datos de años anteriores, es fácil detectar las olas de ataques que ocurren en un período de tiempo específico. Por ejemplo, 2017 fue el año de las devastadoras campañas de malware WannaCry y Petya/Not Petya. 2018 permanecerá en los recuerdos de la ciberseguridad como el año de las violaciones masivas de datos que fueron pasadas por alto por Facebook.
Pero para que las empresas puedan estar preparadas para defenderse ante estos ataques, es necesario conocer los tipos de ataques más comunes y las formas efectivas de contrarrestarlos:
- Ataques de fuerza bruta y relleno de credenciales: Los ataques de fuerza bruta son de prueba y error. Los hackers intentan acceder a datos valiosos descifrando las contraseñas de las víctimas. Dado que probar miles de contraseñas manualmente lleva demasiado tiempo y esfuerzo, los hackers utilizan herramientas especiales para automatizar el proceso.
Estos ataques de fuerza bruta pueden causar grandes daños a las infraestructuras de TI de las empresas y provocar importantes fugas de datos. Afortunadamente, también son bastante fáciles de detectar a través de las cascadas de inicios y cierres de sesión anormales.
La Fundación OWASP ofrece varias técnicas para contrarrestar estos ataques. Las respuestas complejas a los accesos fallidos, el bloqueo automático de las cuentas después de los accesos fallidos y los CAPTCHAs son sólo algunas de las medidas factibles para derribar la fuerza bruta. Las organizaciones también deben prohibir las contraseñas débiles y de uso común y capacitar al personal para que nunca reutilicen o creen variaciones de contraseñas antiguas.
Una de las modificaciones de los ataques de fuerza bruta son los ataques de relleno de credenciales. Estos ataques toman en consideración que los usuarios regularmente usan la misma contraseña para diferentes aplicaciones y así tomar posesión de la cuenta completa.
- Ataques DDoS (Distributed Denial of Service): es una de las mayores amenazas a la seguridad cibernética de las empresas. Los ataques DDoS representan un conjunto de actividades maliciosas destinadas a interrumpir el funcionamiento normal de un servidor, servicio o red, agotándolos con una gran cantidad de datos, donde los hackers acceden al sistema y crean una red maliciosa para atacar objetivos específicos.
Uno de los más destacados ataques DDoS se registró en febrero de 2018 cuando GitHub se enfrentó a un increíble pico de tráfico de 1,35 TBps. Dependiendo del objetivo, hay tres tipos principales de ataques DDoS: Ataques centrados en la red (volumétricos), Ataques a los protocolos y Ataques a una aplicación.
Los ataques DDoS son peligrosos porque a menudo afectan al objetivo junto con las redes y sistemas conectados. Por lo que un ataque puede comprometer también a los proveedores de servicios de una empresa.
Comparando los resultados del Q1 2020 y Q1 2019, Kaspersky muestra que no sólo ha aumentado el número de ataques DDoS sino también su duración en más del 100% en comparación con el año anterior. Lo que lo hace un foco de atención muy importante para las empresas que buscan mantener su seguridad actualizada.
Mediante el establecimiento de herramientas de vigilancia de la red y la realización de pruebas de seguridad del software, las organizaciones pueden supervisar sus actividades en la red y aplicar contramedidas inmediatas en caso de una DDoS.
- Amenaza persistente avanzada (APT): es uno de los tipos de ciberataques más peligrosos, ya que es muy difícil de detectar. Con este tipo de ataque, un usuario malicioso penetra en una red y se ancla en ella durante un largo período de tiempo pasando desapercibido para robar la mayor cantidad posible de datos valiosos.
El ataque Carbanak es uno de los mayores ataques APT registrados contra bancos en todo el mundo. La banda Carbanak comenzó sus actividades a finales de 2013, y durante cinco años de actividades consiguieron robar más de 1,000 millones de dólares de más de 100 instituciones financieras en 40 países. El líder de la banda no fue arrestado hasta marzo de 2018 después de una investigación a gran escala realizada en conjunto por varios países.
Las empresas deben monitorear constantemente los movimientos en su información y en sus accesos, inicios y cierres de sesión anormales, almacenamientos de datos inesperados y el phishing podrían ser los signos de un ataque APT en curso.
- Ataques de Malware: Además de los ya conocidos, gusanos, troyanos o virus, el que más ha tomado fuerza últimamente ha sido el Ransomware, que al entrar en un sistema objetivo y esparcirse, los atacantes encriptan los datos y ofrecen descifrarlos después de que la víctima pague por el rescate.
Una vez lanzado, el malware es casi imposible de detener, por lo que siempre es mejor que las organizaciones prevengan la infección en lugar de erradicarla. Los ataques masivos del pasado demuestran que las organizaciones suelen descuidar los principios básicos de la seguridad empresarial, lo que conduce a resultados terribles. Como el caso WannaCry donde el ransomware se esparció por versiones viejas de Windows, Microsoft publicó una actualización pero los usuarios al no actualizar sus equipos se alcanzó una afectación en casi 200,000 computadores en 150 países.
De acuerdo con el último reporte de IBM y Ponemon Institute, el costo promedio mundial de una brecha de datos es de 3.92 millones de dólares y en promedio se toma 279 en identificar y contener la brecha. Por último, las 5 industrias más afectadas son; Servicios Financieros, Retail, Transporte, Medios y Servicios Profesionales. Sin embargo, el sector Salud es quien tiene el costo más alto en la pérdida de información, seguido de el sector financiero y de tecnología.
Además de las medidas de seguridad estándar, las organizaciones pueden adoptar soluciones de seguridad empresarial pertinentes que ayuden a sus expertos de seguridad a tener una visión completa de sus ecosistemas de TI. Por ejemplo, pueden confiar en el análisis de comportamiento de usuarios y entidades (UEBA), la prevención de pérdida de datos (DLP), la gestión de identidades y accesos (IAM), la gestión de información y eventos de seguridad (SIEM), la inteligencia de amenazas y otros sistemas centrados en la seguridad. Pueden estar enfocados a una industria en específico o a una solución y es posible encontrar el soporte con Protegrity, una empresa con 15 años de experiencia en la protección de datos.