Cuando hablamos de Home Office nos encontramos con muchos obstaculos, ideas y perspectivas desde dos puntos de vista: el empleador y el empleado. Es claro que desde hace mucho tiempo el término existe, sin embargo, es algo que no había tomado tanta fuerza hasta ahora, y con fuerza me refiero a la dependencia total que hoy en día tenemos hacia estas plataformas y forma de trabajo.

Si nos ponemos a reflexionar por un momento cuántas referencias, ideas, creencias, tendencias usan la inteligencia artificial como la tecnología que pondrá un fin para dar inicio a una nueva era. Una era donde tu coche podrá manejarse solo pero también podrá aprender y saber quién está dentro, y ofrecer una experiencia personalizada, seleccionando la música, la luz ambiental, el aire acondicionado e incluso el camino si se da cuenta de que la plática con el otro pasajero está pronosticada a durar más del tiempo estimado de llegada.

Toda nueva crisis genera nuevas oportunidades, y la pandemia del Coronavirus nos está moviendo por todos lados y generando nuevas tendencias, particularmente desde casa. Los gimnasios como COMMANDO, Barry's BootCamp, optaron por dar clases en vivo a sus clientes a un menor costo. De la misma manera lo hizo Bikla aunque ellos fueron más lejos: rentan semanalmente las bicis de sus estudios a los clientes para que puedan seguir pedaleando y tomen sus clases en vivo.

El escenario con el que se trabaja actualmente es que un cliente X pasa su tarjeta en una terminal bancaria y se tiene un segundo para delimitar si la tarjeta es aceptada o rechazada. Si la tarjeta ha sido clonada o robada, mientras el saldo lo permita, es considerada como aceptada. Por la noche ocurre un proceso batch, que corre alrededor de 70 sentencias complejas y un servicio de puntuación, que delimita si hubo fraude o no, y en caso positivo provoca que el banco tome las medidas necesarias de bonificación de los cargos realizados al cliente original.