Sales de tu casa y te adentras en tu automóvil. La canción "Eres" de Café Tacvba suena en la radio mientras contemplas la vista del Distrito Federal. A lo lejos, ves la construcción del segundo piso del periférico y en el tráfico, pasan tsurus, bochos y taxis verdes.
Los comerciales en la radio siguen insistiendo en la importancia de tener una computadora de escritorio. Algunos piensan que es solo una moda pasajera, mientras que otros se apresuran a adquirirla, incluso financiándola con su recibo de Telmex, ansiosos por sumergirse en los regalos tecnológicos del nuevo milenio.
Finalmente, llegas a tu lugar de trabajo y te encuentras frente a tu confiable compañera de labores: una computadora IBM de color gris. Contiene todo lo esencial para tu jornada: Internet Explorer, Word, PowerPoint. Incluso te deleitas con el puntero que se transforma en un reloj de arena cuando está cargando, aunque, por fortuna, también te aguarda un solitario en el escritorio para matar el tiempo entre tareas.
¿Nokia o Sony Ericsson? ¿Telcel o Iusacell? Si te permites ser un poco más selectivo, tal vez Nextel sea la opción ideal para ti en el campo de las comunicaciones.
A la hora de comer, había varias opciones, pero decidiste visitar el Vips cercano a tu oficina, un lugar que se había convertido en un punto de encuentro habitual. Al entrar, el sonido de los niños uniformados en el área de juegos se mezclaba con la melodía de "Qué lloro" de Sin Bandera.
Te acomodaste en la barra central del restaurante y pediste un café con un vasito de crema sustituta. Revolviste el líquido con la cucharilla que tenía el logo impreso en el mango, disfrutando de cada momento. Mientras esperabas pacientemente tu sopa Vips, hojeaste el periódico, que aun después de años seguía hablando del triunfo y los cambios políticos del partido azul, Brasil como campeón mundial, la victoria de Monterrey en el torneo de clausura y los próximos Juegos Panamericanos en República Dominicana. La fecha impresa en la portada te recordaba que estás en el año 2003, despertando en ti un sentimiento nostálgico.
Terminas tu comida y pagas la cuenta escrita a mano por una amable mesera. Utilizas tu tarjeta de crédito Bancomer y te retiras caminando. Regresas a tu trabajo para terminar tu jornada laboral. Al finalizar, sales y te detienes en Blockbuster para rentar la última película de la que todos están hablando.
Llegas a casa y encuentras a tus hijos esperándote con el cabello mojado y puestos sus pijamas, mientras disfrutan de un programa en Disney Channel o en el canal 5. Los envías a dormir y te sientas en tu sillón. Sintonizas las noticias en el horario estelar, donde Joaquín López-Dóriga aparece en pantalla y finaliza el programa con su movimiento característico; una silla giratoria.
Te preparas para dormir y disfrutar los últimos momentos del día viendo la segunda entrega de "Rápidos y Furiosos" en tu nuevo DVD, sorprendiéndote de que la franquicia ya haya lanzado una secuela.
Mientras todo esto pasaba, en ese mismo año algo grande se estaba cultivando, pues Latbc daba sus primeros pasos hacia el futuro de la tecnología. Y aunque para todos eso representaba algo incierto, Latbc tenía una idea segura, sería esa misma tecnología el motor del futuro, pues como si de una premonición se tratara, sabíamos que algún día, tal vez 20 años más tarde, los datos serían el combustible de las empresas.